Esta publicación contiene spoilers.

Saludos a todos los miembros de la comunidad, ¿cómo se encuentran? Ha pasado algún tiempo desde que hice una reseña, honestamente no he estado viendo muchas películas, sin embargo, decidí darle la oportunidad a ‘Hijos de perra’ pues la portada me parecía muy adorable con los dos perros allí… pronto descubrí que no todo es como aparenta y estaba a punto de ver un desarrollo de eventos que jamás hubiese esperado al inicio. Si no les gusta el humor crudo que usa las groserías, sexo y asco como recurso esta no será una película de la cual disfrutarán, porque tiene mucho de eso, quizás hasta demasiado, ya que por momentos se siente como un sinsentido, pero este también es un recurso que se utiliza mucho aquí, explotando así la línea argumentativa de forma que el espectador se pregunte qué es lo que está pasando, como lo hice yo en cierto punto. Debí prestarle mayor atención al detalle de que esta producción contó con la participación de aquellos que hicieron la película de ‘Oso vicioso’ y todo hubiese adquirido sentido, al menos no me hubiese sorprendido tanto.

En esta oportunidad tenemos a un perro llamado Reggie (Ricardo O’Farrill) que pronto a través de su narración nos daremos cuenta que es demasiado inocente y se encuentra en una situación complicada con su dueño, Doug, a quien ama de forma incondicional a pesar de que este lo maltrata. Dentro de lo triste de la situación, resulta un poco gracioso escuchar cómo Reggie nos va explicando cómo es su relación con Doug ya que así nos imaginamos por lo general a los perros, con una gran positividad independientemente de lo que esté pasando, es curioso cómo puede tomarse actitudes inaceptables como las que demuestra Doug y darles una interpretación positiva. Si nos vamos un poco a lo serio de la situación, es común que las víctimas de maltrato que además han compartido mucho tiempo con sus victimarios como Reggie que fue adoptado por este desde cachorro, sean incapaces de reconocer ese maltrato y hasta se convenzan a sí mismos de que es normal lo que les sucede, minimizando el daño que les están haciendo.

Simulando como si estuviesen jugando, Doug deja abandonado a Reggie lejos de casa con la ayuda de una pelota sin ningún tipo de remordimiento, por lo que Reggie pasará a ser parte de la población de animales callejeros, aunque al principio quiere aferrarse a la idea de que todo estará bien una vez consiga la pelota y se la lleve a su dueño. Rápido se encuentra con parte de los peligros de andar solo por las calles, pero gracias a la ayuda de Bug (Carlos Ballarta) consigue salir ileso. Este, se convertirá en una especie de guía que lo orientará sobre cómo funcionan las cosas en este ambiente desconocido, llevando a Reggie hacia un parque donde le presentará a dos de sus amigos, Hunter (Park Filio) y Maggie (Michelle Rodríguez), quienes se convertirán en integrantes fundamentales del viaje de venganza que comenzarán cuando Reggie aparentemente se dé cuenta de que Doug nunca lo amó.

Pueden encontrarse diferentes críticas al comportamiento de los humanos en relación a los animales más allá del maltrato, pudiendo hablarse incluso de cuál es el propósito de un perro y si este es en realidad hacer feliz a las personas. A mí me gustó mucho que en forma sutil se abordara esa situación que viven muchas mascotas, queridas cuando están pequeñas pero abandonadas cuando crecen, además de mencionar su explotación en las redes sociales para aparentar porque lo único que quieren de ellos es que se vean bien en las fotos, algo que pasa más de lo que quisiéramos admitir. El problema está que esto se esconde detrás del lenguaje soez, escenas sexuales explícitas, situaciones exageradas sin ninguna lógica y demás, lo cual se entiende porque esta es una comedia, la reflexión no se encuentra dentro de sus prioridades.

Los diálogos entre los personajes podrían haber contenido un poco menos de groserías, no creo que hacía falta llegar a tal extremo, pero considerando ciertas escenas que tiene la película en donde se muestran explícitamente los genitales de los perros y se hace una constante referencia al sexo, pues combina con el todo que resulta ser la cinematografía. Reggie, Bug, Hunter y Maggie son personajes que no cuentan con mucho desarrollo por la sencilla razón de que están allí para cumplir con lo que la trama argumentativa pide, a cada uno se le dio una personalidad determinada y siguen con la misma línea, pero no se le puede pedir demasiado en este sentido. Lo que sí hace bien esta producción está en el aspecto visual, Josh Greenbaum priorizó el uso de perros reales para generar una mayor sensación de realismo en los espectadores, algo que se logró a mi parecer, porque por lo menos no se ve tan artificial a pesar de que sí tiene imágenes generadas a computador.

¿La disfruté? Sí, pero la volvería a ver nada más para escucharla en su idioma original, ya que tuve que verla doblada en español y me gustaría vivir la experiencia de escuchar a Will Ferrell, Jamie Foxx, Isla Fisher y Randall Park, quienes son los que le dan voz en inglés a Reggie, Bug, Maggie y Hunter, respectivamente. Dudo que haga la diferencia, a decir verdad, pero nunca está demás para no quedarse con las dudas. Tuvo sorpresas que me gustaron bastante, como la aparición de un actor reconocido por protagonizar varias películas de perros y hasta una burla directa en relación a estas con un pequeño giro que me dejó fría. Tampoco esperaba escuchar la canción de Tai Verdes ‘A-O-K’ que desde que la escuché ha sido una de mis preferidas para subir el ánimo. En general creo que se consiguió un buen resultado pero en lo personal no será de mis favoritas ni siquiera para una tarde de aburrimiento.

Muchas gracias por haber llegado hasta acá, espero que estén bien.