Voz universal

(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});


En la pequeña ciudad Gradignnan, al suroeste de Francia, conocí a la cineasta y escritora Laetitia Colombani, corría el año 2007.
Leticia actuó en los filmes "Le Dernier bip" y "La Faecheuse", además dirigió "À la folie… pas du tout", "Une Fleur pour Marie", "Quelques mots d’ amour" y "Mes stars et moi".
Invitada por su padre Michel, asistí a la Premier de "Mes stars et moi", en Burdeos, ciudad natal de la joven directora. La acompañaba Kad Merad, Catherine Deneuve y Emmanuelle Béart, como parte del elenco.
Con el paso de los años, me actualicé en su obra y pude ver la promoción a la novelas “La Trenza” y "Las Vencedoras", traducidas a varios idiomas.
“Las Vencedoras”, se convirtió para mí en el más deseado regreso a Paris. Blanche, Sólene, las protagonistas, me atraparon en sus épocas y desafios. Ellas simbolizan a las mujeres que cada dia recomponen sus mil pedazos.
"Las Vencedoras" nos invita a entrar al Palacio de las mujeres, para descubrir la dura realidad de sus convivientes. Con estilo narrativo similar al empleado en "La trenza", Laetitia Colombani borda un emotivo canto a la fuerza de las mujeres. Habla de pérdidas y sufrimientos, de bondad y fraternidad, seduciendo por su empatía ante la vívida trágica existencial de un sector invisibles para la sociedad.
Es una historia novelada basada en la realidad de la migración de África hacia Europa, donde las mujeres y niñas son los entes más vulnerables en la inserción social.
A todas las sociedades les conciernen los desafios de mujeres víctimas del machismo, racismo, xenofobia y pobreza. No es un hecho aislado de Europa sino del hombre, lo que hace universal el tema de la novela.
“En el palacio son muchas las que han huido del destino reservado a sus hijas. Provienen de Egipto, de Sudán, de Nigeria, de Mali, de Etiopía, de Somalia”.
La novela se mueve entre dos época, los siglos XX y XXI con la remembranza del XIX, cada una con los matices y dolores; confabulaciones y esperanzas.
La historia me despertó suficiente simpatía como para soñar un espacio donde se hable de metas futuras, de filosofía e intuición femenina.
En la página 99 aparece Iris, un tanto similar a lo que he sido en mi vida: “A Iris le faltan sintaxis y vocabulario, le falta casi todo, pero desde luego no pasión. A Solène le dan escalofríos oyendo sus versos. Piensa en Cyrano… la Cyrano del palacio”.
Me sobrecogen tantas coincidencias porque también, como la Iris de “Las Vencedoras” tuve otros nombres.
Me siento profundamente reflejada en su obra y me hago la fantasía que se inspiró en mi, pero cualquiera puede advertir que el nombre da las coordenadas de quienes somos. Según el sitio https://libro-de-los-nombres/termino/iris, “Iris significa anunciar', y alude a la función de la diosa: 'la que trae las buenas noticias y la que es capaz de unir y acercar. La que hace ver todo con demasiado optimismo, valiente, romántica, dulce y cuando tiene la pareja ideal se esmera en atenderla. Iris es algo sentimental”. Con estos elementos Leititia bordó el personaje.
Laetitia se reencarna en Binta, en Salma, en Viviane, en Cvetana, en Iris, en la Renée, en todas las mujeres a las que ha conocido para conmover a través de historias orgánicas y creíbles. Y ahí estamos nosotras con nuestras propios retos.
“Las Vencedoras” es un texto cargado de filosofías de las cuales el lector no puede desligarte ni olvidarte nunca más, ni querrá porque una vez terminada la lectura se pueden abvertir todas las fuerzas injustas del entorno.
Una frase, atribuida a Yvan Audouard, «Bienaventurados los agrietados porque dejarán pasar la luz», resume la esencia de la obra y de toda la humanidad.
Laetitia nos ofrece un sendero de luz a través de una Monja anónima del convento de las Hijas de la Cruz, siglo XIX: “Ha llegado el momento de partir, de puntillas, sin hacer ruido.
No me llevo nada conmigo.
No he hecho nada aquí abajo,
no he traído nada al mundo, no he construido ni producido, tampoco he engendrado.
Mi vida solo ha sido una chispa breve y anónima como tantas otras, olvidadas por la Historia. Una llama minúscula y ridícula.
Pero no importa. Aquí estoy, íntegra,
en la oración que mis labios respiran.
Vosotras, las que vendréis detrás, seguid luchando,
seguid danzando,
y no os olvidéis de dar.
Dad vuestro tiempo,
dad vuestro dinero,
dad lo que poseáis,
y lo que no tengáis.
Cuando suene vuestra hora,
alzaréis el vuelo hacia cielos desconocidos y os sentiréis más ligeras.
Porque en verdad os digo:
lo que no se dé se habrá perdido.”
"Las Vencedoras" nos abre nuevos senderos de luz en una sociedad que a pesar de los siglos, apuesta por su resolución.
Les ofrezco conocer más a Letitia Colombani en este enlace.

letitiacolombani



0
0
0.000
(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});
1 comments
avatar

Congratulations @iriswrite! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)

You received more than 500 upvotes.
Your next target is to reach 600 upvotes.

You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

Check out our last posts:

Our Hive Power Delegations to the November PUM Winners