The Holdovers (2023) review: a typical Christmas story told in the perfect way.
All the pictures in this post were taken directly from the movie by me.
It was undoubtedly unexpected that one of the most impressive films of the entire year for me was a Christmas story set in the 70s, which despite its simplicity has everything necessary to remain engraved in our hearts.
Directed by Alexander Payne in the Holdovers we follow a bitter teacher played by a brilliant Paul Giamatti who is forced to spend Christmas with one of the most rebellious students in his class and the school cook, a woman who has just lost her son in the Vietnam War.
As expected, what begins as a rather unpleasant situation for the three of them progressively becomes a journey of discovery, where each of them will connect with the loneliness of the other.
Although this premise may seem quite generic (And structurally it is), The Holdovers is made with an amount of love that is difficult to ignore, not only because of the beautiful way in which it is recorded and set, but because of the genius with in which each piece of dialogue and interaction between its protagonists unfolds before our eyes.
Its moments of conflict are rather rare, and it operates mostly as a coming of age story that shows us the value of human connections at different points in our lives, using the winter and Christmas setting quite forcefully.
As if that were not enough, Paul Giamatti has just given us one of the best performances of the entire year, which honestly seems worthy of this year's gems like Cillian Murphy in Oppenheimer or DeNiro himself in Killers of the Flower Moon.
Despite its very generic nature, The Holdovers takes every opportunity it gets to exploit its potential to the fullest, creating an instant Christmas classic that I wouldn't mind watching year after year, sincere, emotional and hilarious when it puts its mind to it.
A perfect example that the scale does not have to be large to leave a permanent mark on the viewer.
Score taken from my Letterboxd Account.
Todas las imágenes en este post fueron tomadas directamente desde la película por mi.
Sin dudas fue inesperado que una de las películas más impactantes de todo el año para mí fuese una historia navideña situada en los 70s, que pese a su simpleza tiene todo lo necesario para quedar grabada en nuestros corazones.
Dirigida por Alexander Payne en the Holdovers seguimos a un amargado profesor interpretado por un brillante Paul Giamatti que se obligado a pasar la navidad con uno de los estudiantes más rebeldes de su curso y la cocinera de la escuela, una mujer que acaba de perder a su hijo en la guerra de Vietnam.
Cómo es de esperar, lo que inicia como una situación bastante desagradable para los tres se va convirtiendo progresivamente en un viaje de descubrimientos, en dónde cada uno de ellos conectará con la soledad del otro.
Aunque está premisa puede parecer bastante genérica (Y estructuralmente lo es), The Holdovers está hecha con una cantidad de cariño que es difícil de ignorar, no solo por la forma tan hermosa en la que se encuentra grabada y ambientada, sino por la genialidad con la que cada pieza de diálogo e interacción entre sus protagonistas se va desenvolviendo ante nuestros ojos.
Sus momentos de conflictos son más bien escasos, y opera en su mayoría como una coming of age story que nos demuestra el valor de las conexiones humanas en distintos puntos de nuestras vidas, utilizando de forma bastante contundente el setting invernal y navideño.
Por si fuera poco, Paul Giamatti nos acaba de entregar uno de los mejores performances de todo el año, el cual honestamente me parece digno de joyas de este año como Cillian Murphy en Oppenheimer o el mismísimo DeNiro en Killers of the Flower Moon.
A pesar de su naturaleza tan genérica The Holdovers aprovecha cada oportunidad que tiene para explotar su potencial al máximo, creando así un clásico navideño instantáneo que no me molestaría ver año tras año, sincera, emotiva e hilarante cuando se lo propone.
Una muestra perfecta de que la escala no tiene que ser grande para dejar una huella permanente en el espectador.
Puntaje sacado de mi cuenta de Letterboxd.
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