Cuando mi pareja me habló de esta película, decidimos verla una tarde libre juntos. No sabía si me iba a gustar, ya que el repertorio de Netflix cada día está más deficiente, sin embargo, me sorprendió mucho la temática y la recopilación de elementos artísticos que se encuentran dentro de esta pieza cinematográfica, aunque tuve ciertas reservas a medida que iba viendo el film.

No hay nada más romántico que vivir un amor en Roma, en este sentido la fotografía hizo un excelente trabajo resaltando el arte arquitectónico de la ciudad, con esos colores vívidos que se movían de un lado a otro a medida que el romance entre los personajes principales se elevaba. La representación de la Roma de finales de los años 70 y principio de los 80 me pareció que estuvo muy bien hecha, los vestuarios, el maquillaje, la manera en como los personas se situaban para encontrarse, parecía que el resto del mundo desaparecía solo para enfocar a Enea y a Pietro.

A pesar de tener buenas escenas, y algunas con creatividad erótica, no pude evitar pensar en las cosas inverosímiles que presenta la película, por ejemplo: ¿por qué Enea y Pietro no hicieron un esfuerzo por volverse a encontrar? Esa pregunta deja un vacío que no llenas en ninguna parte. Es un salto en la narrativa que te deja insatisfecho, Ozpetek simplemente lo deja así y permite que en la historia el tiempo pase hasta la sorpresa de su acto final.

Otra cosa que me tuvo sin cuidado fue el maquillaje, no vi mucha diferencia con el aspecto físico de los personajes a finales de los 70 con los del 2010. No vi mucho esfuerzo en este ámbito, ya que parecía que todavía se conservaban demasiado bien. Tampoco entendí algunos flashbacks, no me quedó claro si eran recuerdos o eran trozos de la narrativa que representaban lo que los personajes imaginaban, ya que ambos solo tuvieron una relación de dos días y es imposible que en ese periodo corto de tiempo hayan vivido tantas cosas.

A pesar de estas incongruencias, la película nunca dejó de ser disfrutable para mí, con un registro cautivador de canciones en italiano en su banda sonora que hablan sobre el romance y un resaltado amor por el cine de los años 50, mismo que es usado como filtro teatral en todo el largometraje. Las actuaciones no son muy destacables, a excepción de Luisa Ranieri haciendo el papel de Titti, con solo pocas escenas este personaje irreverente llamó mucho mi atención causándome estimulo en varias ocasiones. Creo que lo más destacable de los actores principales masculinos, es su aspecto físico; y los que me parecieron más guapos fueron Andrea Di Luigi y Alvise Rigo, especialmente Alvise.