Hace tiempo que una película no me hacía sentir tensión, y esta lo ha logrado. Este es un perfecto escenario donde no hay escapatoria y estas atrapado con un monstruo que mata a sangre a fría, eso es suficiente para ponerte los pelos de punta. Así que tienes dos opciones: saltar por la borda o enfrentar al monstruo.

La historia utiliza el recurso de los personajes que van muriendo uno a uno, revelando cada vez las brutales fuerzas del antagonista, pero en este caso es predecible, ya que sabemos de quien se trata y que es lo que va a pasar después; pues la introducción del film nos da un esbozo.

Algo a lo que doy reconocimiento, es que usaran la imagen de Drácula primigenia que es la de Nosferatu (1922), primer film que adaptó la novela de Bram Stoker al cine. Estamos muy acostumbrados de ver al Drácula elegante, atractivo e intelectual, que olvidamos en ocasiones el verdadero aspecto de su naturaleza desalmada, o como hacen en las películas Hotel Transylvania o Renfield, en donde le dan una personalidad muy jocosa; aquí no vamos a ver nada de eso. Aquí nos toparemos con la bestia, al monstruo, al morador de las tinieblas sin una gota de compasión, acechando a una tripulación abandonada por la mano de Dios.

Algo que me atrae de estas películas de temática sobrenatural, es como se va generando el climax; a pesar que esta es una obra cinematográfica que está predispuesta siempre a la acción, se toma su tiempo para llegar a ello preparando el escenario. Sabe como colocar cada punto para alcanzar un momento álgido, y luego revelarlo para mantenernos al pendiente,

Las actuaciones me parecieron normales, nada del otro mundo, pero no es porque los actores sean malos, sino que estaban limitados por un guion que tenía una atmosfera muy restrictiva; sin improvisaciones o aspectos destacables en su interpretación, sin embargo, a pesar de todo esto, me pareció que la actuación más resaltante de todas fue la de Liam Cunningham como el Capitán del Deméter; este actor veterano sí que sabe como hacer que el espectador simpatice con él. Pude sentir su miedo, su carisma, dolor y trascendencia a la demencia. Fue un gran elemento para esta película tan lineal; además de necesario.

El elemento más relevante aquí es el escenario de miedo y tensión que se nos presenta. No podría calificarla como misterio, pues ya sabemos quien es el villano y que es lo quiere hacer con sus víctimas. Tampoco muy relevante el drama intenso, porque no nos interesan las vidas de los personajes; y aunque así fuera, nunca podríamos empatizar con ellos. La película no está diseñada para eso. Fue elaborada para crear estupor en el espectador, con una escenografía, vestuarios y maquillajes bien logrados, acompañados por el uso del CGI para darle más relevancia al personaje antagonista.

Pero como en toda gran obra que tiene sus elementos bien ubicados, existen las fallas; esas que no podemos evitar ver y que hacen que la obra no sea tan buena. Ya he mencionado que el arco narrativo es predecible, hay momentos de tensión que se pierden y no son tan impresionantes, también está ese guion que parece que lo hubiera escrito una IA. Los conflictos son vagos y en unos cuantos diálogos desaparecen, luego todos vuelven a la normalidad como si nada.

El final fue abierto y pienso que estuvo de más; me pareció forzado y desabrido, y deja entender que habrá una secuela; lo cual dudo encarecidamente.