MOVIE REVIEW: “Bug” (2006)

Synopsis: A lonely waitress's life is turned upside down after she meets and begins a relationship with a war veteran who quickly begins exhibiting suspicious behavior because of his high-level obsession with insects.

The great challenge of “static” movies (those that are filmed almost entirely or entirely in single settings) is being able to tell their story in a way that their development can capture the attention of those watching them. This is precisely what happens here, because the script takes place practically in a single place (which is a room) and manages to execute all its ideas in a very involving gradual tone, injecting its psychological elements on a large scale until reaching its climax (which is extremely impactful in its final act).

It all starts when Agnes White is introduced to Peter Evans. She is a waitress who lives in a hotel on the side of a road. He is a war veteran who is obsessed with insects (but hides this obsession for a while). After being introduced, they later begin to have a romantic relationship. From this moment on, the bond between them becomes more intense, to the point where Agnes is drawn into a reality she could never imagine. Everything happens inside the hotel room, and the complications of this plot are very well executed.

Together they begin to develop paranoia about an insect invasion, and in the midst of all this they still have to deal with the unwanted presence of Jerry Cross (Agnes' violent ex-husband who has just been released from prison and goes looking for her to a “settling of accounts”). Involved in a plot that mixes paranoia, persecution, suspicious military attitudes, suffering and a series of other behavioral elements, the script invests heavily in a psychological approach to madness, through a filming method that resembles a “case study” or a filmed theater.

The immersive tones presented by the plot begin timidly, without showing any sign of intensity. However, as Peter begins to involve Agnes within his world, they both begin to share the same paranoia, but with different triggers. For example: While Agnes is tormented by her ex-husband and memories of a lost son, Peter believes in a military conspiracy for global domination. Their obsession becomes convergent with the new world they create, which in this case is the “insect world” that no one sees.

The narrative has a dark, efficient and engaging development. Even though the pace is somewhat slow at times, the ends justify the means when the script unleashes its full dramatic potential focused on a psychological plot of frightening proportions. The dynamic between Ashley Judd and Michael Shannon is excellent. Both manage to build great characters throughout the movie, and have very interesting dramatic conflicts. The presence of Harry Connick Jr. ends up being disposable, because his character ends up not being explored as well.

Being a movie with few characters and few settings, the script's effort to create situations where there is no time to create boring situations is notable. Essentially, this is a movie about the characters and not about the plots themselves. Obviously everything is interconnected, but the focus of the narrative is on the development of people, and not with an emphasis on orbital issues. There is very little interference from the outside world within the narrative. Everything is dependent on what happens between Agnes and Peter inside the hotel room they share, and so the madness intensifies.

Delivering a harrowing work where the suffering of a mental illness ends up being the main protagonist, director William Friedkin is quite shrewd in dealing with everything that is constructed on screen, knowing exactly what he wanted to show the audience. Technically there is nothing very impressive here, especially because it is a movie very focused on people and not places, however the “claustrophobic” approach that is given to events brings an extremely interesting view of the script, which becomes even better due to to its narrative assertiveness.

One of the conclusions of Bug is that paranoia can be contagious, and this is shown throughout its projection in a very distressing and creative way, awakening possible moments of anxiety and curiosity in whoever is watching it. The disturbing tone is also intensified by practical effects of low quality, but which are very functional in emphasizing the violence that a disturbed mind is capable of doing to its own body. There are also spaces for metaphors, which carry important messages between the lines (mental collapse being one of them).

Sinopsis: La vida de una camarera solitaria da un vuelco después de conocer y comenzar una relación con un veterano de guerra que rápidamente comienza a exhibir un comportamiento sospechoso debido a su obsesión de alto nivel con los insectos.

El gran desafío de las películas “estáticas” (aquellas que se filman casi en su totalidad o en su totalidad en un solo escenario) es poder contar su historia de manera que su desarrollo pueda captar la atención de quienes las miran. Esto es precisamente lo que sucede aquí, porque el guión se desarrolla prácticamente en un solo lugar (que es una habitación) y logra ejecutar todas sus ideas en un tono paulatino muy envolvente, inyectando sus elementos psicológicos a gran escala hasta llegar a su clímax (lo cual es sumamente impactante en su acto final).

Todo comienza cuando Agnes White conoce a Peter Evans. Ella es una camarera que vive en un hotel al costado de una carretera. Es un veterano de guerra que está obsesionado con los insectos (pero oculta esta obsesión por un tiempo). Después de ser presentados, comienzan a tener una relación romántica. A partir de este momento, el vínculo entre ellos se vuelve más intenso, hasta el punto de que Agnes se ve arrastrada a una realidad que nunca podría imaginar. Todo sucede dentro de la habitación del hotel, y las complicaciones de esta trama están muy bien ejecutadas.

Juntos comienzan a desarrollar paranoia por una invasión de insectos, y en medio de todo esto todavía tienen que lidiar con la presencia no deseada de Jerry Cross (el violento exmarido de Agnes que acaba de salir de prisión y va a buscarla para un “ajuste de cuentas”). Envuelto en una trama que mezcla paranoia, persecución, actitudes militares sospechosas, sufrimiento y una serie de otros elementos conductuales, el guión apuesta fuertemente por un acercamiento psicológico a la locura, a través de un método de filmación que se asemeja a un “estudio de caso” o a una sala filmada.

Los tonos inmersivos que presenta la trama comienzan tímidamente, sin dar muestra alguna de intensidad. Sin embargo, cuando Peter comienza a involucrar a Agnes en su mundo, ambos comienzan a compartir la misma paranoia, pero con diferentes desencadenantes. Por ejemplo: mientras Agnes está atormentada por su exmarido y los recuerdos de un hijo perdido, Peter cree en una conspiración militar para dominar el mundo. Su obsesión se vuelve convergente con el nuevo mundo que crean, que en este caso es el “mundo de los insectos” que nadie ve.

La narrativa tiene un desarrollo oscuro, eficiente y atrapante. Aunque el ritmo es algo lento por momentos, el fin justifica los medios cuando el guión desata todo su potencial dramático centrado en una trama psicológica de proporciones aterradoras. La dinámica entre Ashley Judd y Michael Shannon es excelente. Ambos logran construir grandes personajes a lo largo de la película, y tienen conflictos dramáticos muy interesantes. La presencia de Harry Connick Jr. termina siendo descartable, porque su personaje termina por no ser explorado también.

Al ser una película con pocos personajes y pocos escenarios, es destacable el esfuerzo del guion por crear situaciones donde no hay tiempo para crear situaciones aburridas. Básicamente, esta es una película sobre los personajes y no sobre las tramas en sí. Obviamente todo está interconectado, pero el foco de la narrativa está en el desarrollo de las personas, y no con énfasis en cuestiones orbitales. Hay muy poca interferencia del mundo exterior dentro de la narrativa. Todo depende de lo que suceda entre Agnes y Peter dentro de la habitación del hotel que comparten, y así la locura se intensifica.

En una obra desgarradora en la que el sufrimiento de una enfermedad mental acaba siendo el principal protagonista, el director William Friedkin es bastante astuto a la hora de abordar todo lo que se construye en la pantalla, sabiendo exactamente lo que quería mostrar al público. Técnicamente no hay nada muy impresionante aquí, sobre todo porque es una película muy centrada en las personas y no en los lugares, sin embargo el enfoque “claustrofóbico” que se le da a los acontecimientos aporta una visión sumamente interesante del guión, que se vuelve aún mejor debido a su asertividad narrativa.

Una de las conclusiones de Insectos es que la paranoia puede ser contagiosa, y esto se muestra a lo largo de su proyección de una forma muy angustiosa y creativa, despertando posibles momentos de ansiedad y curiosidad en quien la mira. El tono perturbador también se ve intensificado por efectos prácticos de baja calidad, pero que son muy funcionales al enfatizar la violencia que una mente perturbada es capaz de ejercer sobre su propio cuerpo. También hay espacios para metáforas, que transmiten mensajes importantes entre líneas (el colapso mental es uno de ellos).

Sinopse: A vida de uma garçonete solitária vira de ponta à cabeça após ela conhecer e começar a se relacionar com um veterano de guerra que rapidamente começa a apresentar um comportamento suspeito por causa da sua obsessão de alto nível com insetos.

O grande desafio dos filmes “estáticos” (aqueles que são filmados quase que inteiramente ou inteiramente em cenários únicos) é conseguir contar à sua estória de uma maneira que o seu desenvolvimento consiga captar à atenção de quem os está assistindo. Isso é justamente o que acontece aqui, porque o roteiro acontece praticamente dentro de um único lugar (que é um quarto) e consegue ir executando todas as suas ideias em um tom gradual bem envolvente, injetando seus elementos psicológicos na larga escala até chegar no seu ápice (que é extremamente impactante no seu ato final).

Tudo começa quando Agnes White é apresentada a Peter Evans. Ela é uma garçonete que vive num hotel na beira de uma estrada. Ele é um veterano de guerra obcecado por insetos (mas que esconde esta obsessão durante um tempo). Após serem apresentados, posteriormente eles começam a ter um relacionamento amoroso. A partir deste momento, a ligação entre eles vai ficando mais intensa, a ponto de Agnes ser arrastada para uma realidade com a qual ela nunca poderia imaginar. Tudo acontece dentro do quarto de hotel, e as complicações dessa trama são muito bem executadas.

Juntos eles começam a desenvolver uma paranoia sobre uma invasão de insetos, e no meio disso tudo eles ainda têm que lidar com a indesejável presença de Jerry Cross (o ex-marido violento de Agnes que acabou de sair da prisão e vai procurá-la para um “acerto de contas”). Envolvidos em uma trama que mistura paranoia, perseguição, atitude militares suspeitas, sofrimento e uma série de outros elementos comportamentais, o roteiro investe pesado em uma abordagem psicológica sobre a loucura, através de um método de filmagem que lembra um “estudo de caso” ou um teatro filmado.

Os tons imersivos apresentados pela trama começam timidamente, sem apresentar qualquer sinal de intensidade. No entanto, à medida em que Peter começa a envolver Agnes dentro do seu mundo, ambos começam a compartilhar das mesmas paranoias, mas com gatilhos diferentes. Por exemplo: Enquanto Agnes é atormentada pelo ex-marido e pelas lembranças de um filho perdido, Peter acredita em uma conspiração militar de dominação global. A obsessão deles se torna convergente com o novo mundo que eles vão criando, que neste caso, é o “mundo dos insetos” que ninguém vê.

A narrativa tem um desenvolvimento soturno, eficiente e envolvente. Mesmo tendo um ritmo um tanto quanto lento em alguns momentos, os fins justificam os meios quando o roteiro desencadeia todo o seu potencial dramático focado em uma trama psicológica de proporções assustadoras. A dinâmica entre Ashley Judd e Michael Shannon é excelente. Ambos conseguem construir ótimos personagens ao longo do filme, e travam conflitos dramáticos muito interessantes. A presença Harry Connick Jr. acaba sendo descartável, porque o seu personagem acaba não sendo tão bem explorado.

Sendo um filme de poucos personagens e poucos cenários, é notório o esforço do roteiro em criar situações onde não haja tempo para criar situações enfadonhas. Essencialmente, esse é um filme sobre os personagens e não sobre tramas em si. Obviamente que tudo está interligado, mas o foco da narrativa está no desenvolvimento de pessoas, e não com ênfase em assuntos orbitais. Há muito pouca interferência do mundo externo dentro da narrativa. Tudo é dependente do que acontece entre Agnes e Peter dentro do quarto de hotel que eles compartilham, e assim a loucura se intensifica.

Entregando um trabalho angustiante onde o sofrimento de uma doença mental acaba sendo o grande protagonista, o diretor William Friedkin é bastante perspicaz ao lidar com tudo o que é construído na tela, sabendo exatamente o que ele queria mostrar ao público. Tecnicamente não há nada de muito impressionante aqui, até porque é um filme bem concentrado em pessoas e não em lugares, no entanto o enfoque “claustrofóbico” que é dado aos acontecimentos traz uma visão extremamente interessante sobre o roteiro, que se torna ainda melhor devido à sua assertividade narrativa.

Uma das conclusões de Possuídos é que uma paranoia pode ser contagiosa, e isso é mostrado ao longo da sua projeção de uma maneira muito angustiante e criativa, despertando possíveis momentos de ansiedade e curiosidade em quem o estiver assistindo. O tom perturbador é intensificado também por efeitos práticos de pouca qualidade, mas que são bem funcionais para enfatizar a violência que uma mente perturbada é capaz de fazer com o próprio corpo. Há também espaços para metáforas, que trazem importantes mensagens em suas entrelinhas (sendo o colapso mental uma delas).