MOVIE REVIEW - “El Camino: A Breaking Bad Movie” (2019)

Synopsis: After managing to escape the captivity he was being held hostage in, Jesse Pinkman makes one last journey to finally try to live in peace after so many problems.

In search of his own freedom, one of the most troubled characters in the entire Breakin Bad television series must first find a way to reconcile with his past, because only in this way will he have a real chance of having a better future. This movie works as a direct conclusion to Jesse Pinkman's story, which had been left open after its inconclusive ending. Everything that was not shown in the television series finds plenty of space here to show the public a more complete and much fairer outcome for this famous character.

Here, the public has the chance to follow what can be considered a kind of “epilogue” in relation to everything that has been shown previously. This plot, a little more “intimate” and completely centered on Pinkman and his search for his well-deserved peace, is shown slowly, but justified by the narrative elements that are presented. This doesn't make the movie anything less boring than it is (because in fact, the rhythm of the situations is very slow and very extended), but it also doesn't take away from its merit in being something very useful.

Once you have your money (which had previously been stolen) in hand again, it's time to start devising a new strategy. The options are not many, and considering his current psychological state, Pinkman is no longer able to develop any more far-fetched plans to achieve the life he so wanted when he started his life of crime in the city of Albuquerque, New Mexico. The long-awaited meth empire he wanted did not come to fruition, many people were murdered along the way and many families were destroyed. The path is still tense.

Throughout the movie, we can follow a character lost within himself, but motivated with an insatiable thirst to finally be able to enjoy life the right way. However, achieving this will not be so easy because there are still some very dangerous obstacles in the way, and it is precisely here that the script relies on justifying the existence of this movie (which is something entirely aimed at fans of the television series, because the project does not work correctly in isolation, precisely because it is dependent on other events).

The development of the script is quite slow and few relevant things happen in the middle of its execution. However, it is necessary to mention that this rhythm is what favors the best development of the characters (including the protagonist himself). This is a trademark imprinted on the television series, which explored the essence of the characters to the maximum to make the audience have empathy for them and this tries to be replicated in this movie, but the difference is here there is no entire universe to be developed, it remains just a single character who needs a satisfying conclusion.

This makes the movie less impactful, but no less immersive. Within what the script sets out to do, it is very efficient. On the other hand, the way the events are shown and how they are connected can please (more precisely) only fans of the television series. The narrative approach is predominantly “niche” and this means that only those people who have already watched everything that was presented in a more complete way previously will understand it. Focusing only on what is presented in the movie, the material is quite specific.

Once again in the shoes of Jesse Pinkman, Aaron Paul has the chance to show more precise performances. Although he also doesn't bring anything new to his character, it is clear that there is a slightly more refined effort on the actor's part in an attempt to strengthen the drama that persists in making him a fragile but determined person. The rest of the plot is based on very random characters, and not even well-known faces (such as Pinkman's friends, Badger and Skinny Pete) can offer the deepest weight to the plot, which is very inert to any new situation.

A weak production in more technical terms, with a deserved emphasis on photography (which is not a merit of the movie itself, but of what was seen in the television series). Vince Gilligan returns to his private universe, attentive to what needs to be done. Writing and directing El Camino: A Breaking Bad Movie, he shows that he still has total control of his work, but he also makes it clear that everything has really come to an end with his narrative wear evident, within a nostalgic proposal, but which manages to enhance even more something that he created with great simplicity.

Sinopsis: Después de lograr escapar del cautiverio en el que lo tenían como rehén, Jesse Pinkman emprende un último viaje para intentar finalmente vivir en paz después de tantos problemas.

En busca de su propia libertad, uno de los personajes más conflictivos de toda la serie de televisión Breakin Bad deberá encontrar primero la manera de reconciliarse con su pasado, porque sólo así tendrá una posibilidad real de tener un futuro mejor. Esta película funciona como una conclusión directa de la historia de Jesse Pinkman, que había quedado abierta tras su final no concluyente. Todo lo que no se mostró en la serie de televisión encuentra aquí mucho espacio para mostrar al público un desenlace más completo y mucho más justo para este famoso personaje.

Aquí el público tiene la posibilidad de seguir lo que se puede considerar una especie de “epílogo” de todo lo mostrado anteriormente. Esta trama, un poco más “íntima” y completamente centrada en Pinkman y su búsqueda de su merecida paz, se muestra lenta, pero justificada por los elementos narrativos que se presentan. Esto no hace que la película sea menos aburrida de lo que es (porque, de hecho, el ritmo de las situaciones es muy lento y muy prolongado), pero tampoco le quita el mérito de ser algo muy útil.

Una vez que tengas de nuevo tu dinero (que anteriormente te habían robado) en tus manos, es el momento de empezar a idear una nueva estrategia. Las opciones no son muchas, y considerando su estado psicológico actual, Pinkman ya no es capaz de desarrollar planes más descabellados para lograr la vida que tanto deseaba cuando comenzó su vida delictiva en la ciudad de Albuquerque, Nuevo México. El tan esperado imperio de metanfetamina que quería no llegó a buen término, muchas personas fueron asesinadas en el camino y muchas familias quedaron destruidas. El camino sigue tenso.

A lo largo de la película podremos seguir a un personaje perdido en sí mismo, pero motivado por una sed insaciable de poder finalmente disfrutar de la vida de la manera correcta. Sin embargo, conseguirlo no será tan fácil porque aún quedan obstáculos muy peligrosos en el camino, y es precisamente aquí donde el guión se apoya para justificar la existencia de esta película (que es algo enteramente dirigido a los fans de la serie de televisión, porque el proyecto no funciona correctamente de forma aislada, precisamente porque depende de otros eventos).

El desarrollo del guion es bastante lento y suceden pocas cosas relevantes a mitad de su ejecución. Sin embargo, es necesario mencionar que este ritmo es el que favorece el mejor desarrollo de los personajes (incluido el propio protagonista). Esta es una marca impresa en la serie de televisión, que exploraba al máximo la esencia de los personajes para hacer que el público sintiera empatía por ellos y esto intenta replicarse en esta película, pero la diferencia es que aquí no hay un universo completo para ser. desarrollado, sigue siendo solo un personaje que necesita una conclusión satisfactoria.

Esto hace que la película sea menos impactante, pero no menos inmersiva. Dentro de lo que se propone el guión, es muy eficiente. Por otro lado, la forma en que se muestran los acontecimientos y cómo se relacionan puede complacer (más precisamente) sólo a los fans de la serie de televisión. El enfoque narrativo es predominantemente “de nicho” y esto significa que sólo aquellas personas que ya hayan visto todo lo que se presentó de forma más completa anteriormente lo entenderán. Centrándonos únicamente en lo que se presenta en la película, el material es bastante específico.

Una vez más en la piel de Jesse Pinkman, Aaron Paul tiene la oportunidad de mostrar actuaciones más precisas. Aunque tampoco aporta nada nuevo a su personaje, está claro que hay un esfuerzo un poco más depurado por parte del actor en un intento de potenciar el dramatismo que persiste en convertirlo en una persona frágil pero decidida. El resto de la trama se basa en personajes muy aleatorios, y ni siquiera rostros conocidos (como los amigos de Pinkman, Badger y Skinny Pete) pueden ofrecer el peso más profundo a una trama, que se muestra muy inerte ante cualquier situación nueva.

Una producción floja en términos más técnicos, con un merecido énfasis en la fotografía (que no es mérito de la película en sí, sino de lo visto en la serie de televisión). Vince Gilligan regresa a su universo privado, atento a lo que hay que hacer. Al escribir y dirigir El Camino. Una película de Breaking Bad, demuestra que aún tiene el control total de su obra, pero también deja claro que realmente todo ha llegado a su fin con su desgaste narrativo evidente, dentro de una propuesta nostálgica, pero que logra realzar aún más algo que creó con gran sencillez.

Sinopse: Depois de conseguir escapar do cativeiro ao qual vinha sendo mantido refém, Jesse Pinkman faz uma última jornada para finalmente tentar conseguir viver em paz após tantos problemas.

Em busca de sua própria liberdade, um dos personagens mais conturbados de toda à série de televisão Breakind Bad precisa primeiro encontrar uma maneira de se reconciliar com o seu passado, porque apenas desta forma ele terá uma chance real de ter um futuro melhor. Este filme funciona como uma conclusão direta à história de Jesse Pinkman, que tinha ficado em aberto após o seu final inconclusivo. Tudo o que não foi mostrado na série de televisão, encontra aqui bastante espaço para mostrar ao público um desfecho mais completo e muito mais justo para este famoso personagem.

Aqui, o público tem a chance de acompanhar o que pode ser considerado como uma espécie de “epílogo” em relação a tudo o que já foi mostrado anteriormente. Essa trama um pouco mais “intimista” e totalmente centrada em Pinkman e em sua busca do seu merecido sossego é mostrada de maneira lenta, mas justificada pelos elementos narrativos que são apresentados. Isso não faz do filme algo ao menos enfadonho do que ele é (porque de fato, o ritmo das situações tem uma condução muito lenta e muito estendida), mas também não tira o mérito dele em ser algo muito proveitoso.

Tendo novamente o seu dinheiro (que havia sido roubado anteriormente) em mãos, é hora de começar a traçar uma nova estratégia. As opções não são muitas, e considerando o seu estado psicológico atual, Pinkman não está mais apto a desenvolver mais planos mirabolantes para conseguir à vida que ele tanto queria quando iniciou à sua vida de crimes na cidade de Albuquerque, Novo México. O tão sonhado império de metanfetamina que ele queria não se concretizou, muitas pessoas foram assassinadas ao longo do caminho e muitas famílias foram destruídas. O caminho ainda é tenso.

Ao longo de todo o filme, nós podemos acompanhar um personagem perdido dentro de si mesmo, mas motivado com uma sede insaciável de finalmente poder aproveitar à vida da maneira correta. No entanto, conseguir isso não será tão fácil porque ainda existem alguns obstáculos muito perigosos no meio do caminho, e é precisamente aqui que o roteiro se apoia para justificar a existência desse filme (que é algo totalmente voltado para os fãs da série de televisão, porque de maneira isolada o projeto não funciona corretamente, justamente por ser dependente de outros acontecimentos).

O desenvolvimento do roteiro é bastante lento e poucas coisas relevantes acontecem no meio de sua execução. Porém, é preciso mencionar que esse ritmo é o que favorece o melhor desenvolvimento dos personagens (inclusive, o próprio protagonista). Essa é uma marca registrada impressa na série de televisão, que explorava à essência dos personagens ao máximo para fazer o público ter empatia por eles e isso tenta ser replicado neste filme, mas a diferença é aqui não há todo um universo a ser desenvolvido, resta apenas um único personagem que precisa de uma conclusão satisfatória.

Isso torna o filme em algo menos impactante, mas não menos imersivo. Dentro do que o roteiro se propõe a fazer, ele é muito eficiente. Por outro lado, o modo como os acontecimentos são mostrados e como eles são conectados, podem agradar (de maneira mais precisa) apenas aos fãs da série de televisão. A abordagem narrativa é predominantemente “nichada” e isso implica dizer que só irá entendê-la, aquelas pessoas que já assistiram a tudo o que foi apresentado de maneira mais completa anteriormente. Focando apenas no que é apresentado no filme, o material é bastante pontual.

Uma vez mais na pele de Jesse Pinkman, Aaron Paul tem a chance de mostrar atuações mais precisas. Embora também não traga de novo ao seu personagem, é notório que existe todo um esforço um pouco mais refinado por parte do ator na tentativa de fortalecer o drama que persiste em fazer dele uma pessoa frágil, mas determinada. O restante da trama é apoiada em personagens muito aleatórios, e nem mesmos rostos já conhecidos (como os amigos de Pinkman, Badger e Skinny Pete) conseguem oferecer o peso mais profundo para à trama, que fica muito inerte a qualquer nova situação.

Uma produção fraca em termos mais técnicos, com um merecido destaque para a fotografia (que não é um mérito do filme em si, mas do sim do que foi visto na série de televisão). Vince Gilligan volta ao seu universo particular atento ao que precisa ser feito. Escrevendo e dirigindo El Camino: Um Filme de Breaking Bad, ele mostra que ainda tem o controle total da sua obra, mas também já deixa claro que tudo realmente chegou ao fim com o seu desgaste narrativo evidente, dentro de uma proposta saudosista, mas que consegue enaltecer ainda mais algo que ele criou com muita simplicidade.