MOVIE REVIEW: “Reality” (2023)

Synopsis: Reality Winner is investigated by the FBI for leaking top-secret documents from the United States (to The Intercept) that have a direct relationship with Russia's interference in the 2016 American presidential elections.

Many dramatic movies involving political subjects tend to be quite uninteresting due to the dynamics of the scripts that are generally imposed on them. It's not about having a boring theme (particularly speaking, I find it very interesting to be able to talk about politicians within an expression of art as strong, relevant and necessary as what is done through cinema), it's about it being used in boring ways, as is the case with this project, which is an original HBO production. At less than 90 minutes, the movie is very tiring, and seems to be three times as long.

In the spotlight, Reality Winner, a woman who tried to expose large-scale political corruption to other parts of the world by having access to extremely confidential documents from American intelligence on aspects that bring debates related to the American elections and Russia's illegal interference in that process, involving people who probably already knew about all of them, but who kept them hidden from the consequences of what these acts could trigger not only within the political scene, but mainly outside it. The bomb was armed.

The script is based on real events, more precisely on the audio recordings that were made between the FBI and young Reality, a decorated veteran of the Air Force who, after being dismissed from her main duties, had the chance to start over after getting a job. to work as a translator at Pluribus International Corporation, a small company that offers its most specific services on demand under a special contract to meet the needs of the National Security Agency. Once inside, she placed herself in a dangerous situation.

When deciding to search for top-secret reports showing investigations into Russian interference in the American elections, Reality believed he was taking the law into his own hands by sending the material to The Intercept. The consequences of her furtive actions put the FBI in her shadow, and within an interrogation that escalates the tension between the special agents and a young woman skillfully coerced by them within a “monochromatic” space, the script begins in an interesting way, including, making a great first introduction to its characters.

Speaking specifically about them, everything revolves around three people: special agents Garrick and Taylor, as well as Reality herself. While Sydney Sweeney delivers a very “raw” performance with sensitive touches (thus highlighting a strong inherent vulnerability of her character in the face of that very tense situation), the duo Josh Hamilton and Marchánt Davis work in the opposite way, being carefully intrusive and annoying, spitting unnecessary questions most of the time while building their characters in very uninteresting ways.

However, as the script supposedly advances within its development (which happens at an extremely slow pace, and without making major oscillations in its scenarios), it does not present anything very consistent to justify itself as a feature movie. Basically, the FBI already knew that the informant had sent the material anonymously to a specific source, but the agents wanted to understand why she had acted against her own country (a motivation that is obvious within the presentation, but which is not so well explored overall).

Partially written by Tina Satter (who is also the movie's director, making her first work in that role), the movie has simple direction, but is relatively efficient in some aspects. The way it finds a way to “suffocate” the viewer at times is very good (the idea of using original dialogue in an unedited way being its biggest “trump card”) and the fact that it “confines” characters and their motivations within a single room (most of the time) helped in this invasion process, but the development is very limited.

Reality is an original HBO production, and obviously for that reason it has a quality technical production (despite having a simplistic approach within its own narrative, which even tried to be more dynamic with good visual “interferences” in some connections between specific scenes), but it is definitely a project that would have been much better enjoyed if it had been a short movie under 30 minutes. The movie's base material is great, but within the cinematographic format it ends up not offering much precisely because it is something that has a limited scope.

Sinopsis: Reality Winner es investigado por el FBI por filtrar documentos ultrasecretos de Estados Unidos (a The Intercept) que tienen relación directa con la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.

Muchas películas dramáticas que involucran temas políticos tienden a resultar poco interesantes debido a la dinámica de los guiones que generalmente se les imponen. No se trata de tener una temática aburrida (particularmente me parece muy interesante poder hablar de políticos dentro de una expresión de arte tan fuerte, relevante y necesaria como lo que se hace a través del cine), se trata de que se use de maneras aburridas. , como es el caso de este proyecto, que es una producción original de HBO. Con menos de 90 minutos, la película cansa mucho y parece tres veces más larga.

En el punto de mira, Reality Winner, una mujer que intentó exponer la corrupción política a gran escala en otras partes del mundo al tener acceso a documentos extremadamente confidenciales de la inteligencia estadounidense sobre aspectos que suscitan debates relacionados con las elecciones estadounidenses y la interferencia ilegal de Rusia en esas proceso, involucrando a personas que probablemente ya sabían de todos ellos, pero que los mantuvieron ocultos de las consecuencias de lo que estos actos pudieran desencadenar no sólo dentro de la escena política, sino principalmente fuera de ella. La bomba estaba armada.

El guión está basado en hechos reales, más precisamente en las grabaciones de audio que se realizaron entre el FBI y la joven Reality, una veterana condecorada de la Fuerza Aérea que, tras ser despedida de sus funciones principales, tuvo la oportunidad de empezar de nuevo tras conseguir una vaga para trabajar como traductor en Pluribus International Corporation, una pequeña empresa que ofrece sus servicios más específicos bajo demanda bajo un contrato especial para atender las necesidades de la Agencia de Seguridad Nacional. Una vez dentro, se puso en una situación peligrosa.

Cuando decidió buscar informes ultrasecretos que mostraran investigaciones sobre la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses, Reality creyó que se estaba tomando la justicia por su mano al enviar el material a The Intercept. Las consecuencias de sus acciones furtivas ponen al FBI a su sombra, y dentro de un interrogatorio que intensifica la tensión entre los agentes especiales y una joven hábilmente coaccionada por ellos dentro de un espacio “monocromático”, el guión comienza de una manera interesante, incluyendo, haciendo una excelente primera introducción a sus personajes.

Hablando específicamente de ellos, todo gira en torno a tres personas: los agentes especiales Garrick y Taylor, así como la propia Reality. Mientras que Sydney Sweeney ofrece una actuación muy “cruda” con toques sensibles (resaltando así una fuerte vulnerabilidad inherente de su personaje frente a esa situación tan tensa), el dúo Josh Hamilton y Marchánt Davis trabajan de manera opuesta, siendo cuidadosamente intrusivos y molestos, escupiendo preguntas innecesarias la mayor parte del tiempo mientras construyen sus personajes de maneras muy poco interesantes.

Sin embargo, como el guion supuestamente avanza dentro de su desarrollo (que transcurre a un ritmo extremadamente lento, y sin hacer mayores oscilaciones en sus escenarios), no presenta nada demasiado consistente como para justificarse como largometraje. Básicamente, el FBI ya sabía que la informante había enviado el material de forma anónima a una fuente concreta, pero los agentes querían entender por qué había actuado contra su propio país (una motivación que salta a la vista dentro de la presentación, pero que no está tan bien explorada). en general).

Parcialmente escrita por Tina Satter (quien también es la directora de la película y hace su primer trabajo en ese papel), la película tiene una dirección simple, pero es relativamente eficiente en algunos aspectos. La forma en que encuentra una manera de “asfixiar” al espectador en ocasiones es muy buena (la idea de utilizar diálogos originales sin editar es su mayor “carta de triunfo”) y el hecho de que “confina” a los personajes y sus motivaciones. dentro de una sola habitación (la mayoría de las veces) ayudó en este proceso de invasión, pero el desarrollo es muy limitado.

Reality es una producción original de HBO, y obviamente por eso tiene una producción técnica de calidad (a pesar de tener un enfoque simplista dentro de su propia narrativa, que incluso intentó ser más dinámica con buenas “interferencias” visuales en algunas conexiones entre escenas específicas), pero definitivamente es un proyecto que se habría disfrutado mucho mejor si hubiera sido un cortometraje de menos de 30 minutos. El material base de la película es genial, pero dentro del formato cinematográfico acaba no ofreciendo mucho precisamente porque es algo que tiene un alcance limitado.

Sinopse: Reality Winner é investigada pelo FBI por vazar documentos ultrassecretos dos Estados Unidos (para o The Intercepet) que tem uma relação direta com a interferência da Rússia nas eleições presidenciais americanas no ano de 2016.

Muitos filmes dramáticos envolvendo assuntos políticos tendem a ser bem desinteressantes pela própria dinâmica dos roteiros que geralmente são impostos eles. Não se trata sobre ter um tema chato (particularmente falando, acho muito interessante poder falar sobre políticos dentro de uma expressão de arte tão forte, relevante e necessário como o que é feito através do cinema), se trata sobre ele ser utilizado de maneiras entediantes, como é o caso deste projeto que é uma produção original da HBO. Tendo menos de 90 minutos, o filme é muito cansativo, e parece ter o tripo de duração.

No centro das atenções, Reality Winner, uma mulher que tentou expor corrupções políticas de grandes escalas para as outras partes do mundo ao ter acesso a documentos extremamente sigilosos da inteligência americana sobre aspectos que trazem debates relacionados as eleições americanas e a interferência ilegal da Rússia nesse processo, envolvendo pessoas que provavelmente já sabiam de todas elas, mas que as mantinham seladas pelas consequências do que esses atos poderiam desencadear não apenas dentro do cenário político, mas principalmente fora dele. A bomba foi armada.

O roteiro é baseado nos fatos reais, mais precisamente nas gravações de áudio que foram feitas entre o FBI e a jovem Reality, uma veterana condecorada das Forças Aéreas que após ter sido dispensada das suas funções principais teve a chance de recomeçar ao ter conseguido uma vaga para trabalhar como tradutora na Pluribus International Corporation, uma empresa pequena, que oferece seus os serviços mais específicos sob a demanda de contrato especial para atender as necessidades da Agência de Segurança Nacional. Uma vez lá dentro, ela se colocou dentro de uma situação perigosa.

Ao decidir busca pelos relatórios ultrassecretos que mostram as investigações sobre a interferência russa nas eleições americanas, Reality acreditou estar fazendo justiça com as próprias mãos ao enviar o material para o The Intercept. As consequências dos seus atos furtivos colocaram o FBI na sombra ela, e dentro de um interrogatório que vai escalando a tensão entre os agentes especiais e uma jovem habilmente coagida por eles dentro de um espaço “monocromático”, o roteiro começa de um jeito interessante, inclusive, fazendo uma ótima primeira apresentação dos seus personagens.

Falando especificamente sobre eles, tudo gira em torno de três pessoas: os agentes especiais Garrick e Taylor, além da própria Reality. Enquanto Sydney Sweeney entrega uma performance muito “crua” com toques sensíveis (evidenciando assim uma forte vulnerabilidade inerente da sua personagem diante toda aquela situação bastante tensa), a dupla Josh Hamilton e Marchánt Davis trabalha de maneira oposta, sendo cuidadosamente intrusivos e chatos, cuspindo questões desnecessárias na maior parte do tempo enquanto constroem seus personagens de maneiras muito desinteressantes.

No entanto, a medida em que o roteiro vai supostamente avançando dentro do seu desenvolvimento (que acontece a passos extremamente lentos, e sem fazer maiores oscilações nos seus cenários), ele não vai apresentando nada muito consistente para se justificar como um longa-metragem. Basicamente, o FBI já sabia que a informante havia enviado o material de forma anônima para uma fonte específica, mas os agentes queriam entende a razão dela ter agido contra o seu próprio país (uma motivação que fica óbvia dentro da apresentação, mas que não é tão bem explorada no geral).

Parcialmente escrito por Tina Satter (que também é a diretora do filme, fazendo o seu primeiro trabalho nessa função), o filme tem uma direção simples, porém relativamente eficiente em alguns aspectos. O modo como ela encontra uma maneira de “sufocar” o telespectador em alguns momentos é muito bom (sendo a ideia de usar um diálogo original de uma forma não-editada o seu maior “trunfo”) e o fato dela “confinar” personagens e as suas motivações dentro de um único cômodo (na maior parte do tempo) ajudou nesse processo de invasão, mas o desenvolvimento é bem engessado.

Reality é uma produção original da HBO, e obviamente por isso tem uma produção técnica de qualidade (apesar de ter uma abordagem simplista dentro da sua própria narrativa, que até tentou ser mais dinâmica com boas “interferências” visuais em algumas conexões entre cenas específicas), mas definitivamente é um projeto que teria sido muito melhor aproveitado se fosse um curta-metragem com menos de 30 minutos. O material base do filme é ótimo, mas dentro do formato cinematográfico ele acaba não oferecendo muita coisa justamente por ser algo que tem um escopo limitado.