MOVIE REVIEW: “Wer” (2013)

Synopsis: Kate Moore is an American lawyer who, when deciding to defend a peculiar man for a murder she believes he did not commit, has her life turned upside down after beginning an experimental type of legal defense to prove that her client cannot be blamed for the crime for which he has been accused.

Within the horror genre, there is no doubt that one of the stories most used and told by screenwriters is a legend involving the myth of the werewolf. Over the decades, cinema has delivered different types of versions about this supposed almost “folkloric” creature in the eyes of society, but few movies can be as original as this one. Although it has its problems within the narrative itself, this is a product that offers something beyond the trivial. Personally speaking, I say that I was positively impressed with the movie, which, in fact, deserved to be a little longer.

One of the best qualities of this movie is precisely its differentiated central argument. In other words, a “scientifically” based look to try to justify the legend of the werewolf. What is seen as a popular myth, within this script is treated as a kind of anomalous human conduct that is under the direct influence of external elements, which end up creating this traditional image of the creature of extraordinary strength. The division works better in the written script than in practical execution, but either way, it's something very different.

In the plot, after an American family is brutally murdered in a rural region of France, a man is formally accused of the crime because he lives in the vicinity of the place where the crime took place, and also because he has a type of physical appearance and behavior considered “unusual” by normal standards. Within this scenario, Kate, who is a lawyer, decides to defend the boy because she believes in his innocence... However, she has no idea what's coming. The work reaches unexpected proportions, and she is inserted into a conspiracy that she will not be able to forget.

Kate's team is really committed to seeking the truth, but the more they look for facts to exonerate their client, the more problems they end up encountering (and end up being thrown into this whirlwind with the worst surprises). Betting on a technical approach that uses the found footage style in a completely stylized way (and very efficient, in fact), the movie ends up managing to create its own identity by focusing on “different”. Escaping from the most basic clichés (but never ceasing to drink from this source), the plot creates its own style of being.

There are issues involving science and family traditions. An unexpected option to justify the werewolf legend in a more believable way. When the trail of blood increases, the protagonist ends up understanding that there is a connection between her client, his mysterious family and the crimes that are being mysteriously committed by the creature (which until then is mysterious). So, the basis of an unexpected rebirth skillfully guides the entire script, although it suffers from some setbacks along the way (creative decisions that I personally found to be inconsistent with the script).

Mixing horror and suspense in assertive doses, any and all investigative atmosphere can be duly escalated to even greater amplitudes as the script unearths more information. In particular, during the first two acts, which are engaging to the point of making the audience care about all the characters (who, despite not having their respective stories developed... together, end up being functional). The way the movie presents the plot itself creates an atmosphere of mystery that is engaging and truly inviting.

There are no incredible performances here, but I would like to highlight the work done by A. J. Cook, because she really sells the idea of a lawyer determined in the search for the truth, and is even more convincing when she discovers the truth and finds herself immersed in a path of seemingly no return. The script limits her potential as an actress, but she did the best she could. The rest of the cast is not bad, but it is much more limited, although they are very well used pieces as the investigations become a little more in-depth.

Even with a relatively disappointing third act (basically because it has a load of action that doesn't match everything that had been presented and constructed until then), Wer is still very functional due to its context, and for betting on something that thinks “outside the box” (the scenes involving physical violence, blood and a lot of gore manage to speak for themselves and are supported by interesting CGI work). William Brent Bell delivered this writing work (which was partially done by him) with dedication, and also directed the movie knowing exactly what he wanted to show.

Sinopsis: Kate Moore es una abogada estadounidense que, al decidir defender a un peculiar hombre por un asesinato que cree que no cometió, su vida da un vuelco tras iniciar una defensa jurídica de tipo experimental para demostrar que su cliente no puede ser culpado del crimen por el que ha sido acusado.

Dentro del género de terror, no cabe duda de que una de las historias más utilizadas y contadas por los guionistas es una leyenda que gira en torno al mito del hombre lobo. A lo largo de las décadas, el cine ha ofrecido diferentes tipos de versiones sobre esta supuesta criatura casi “folclórica” a los ojos de la sociedad, pero pocas películas pueden ser tan originales como ésta. Aunque tiene sus problemas dentro de la propia narrativa, este es un producto que ofrece algo más allá de lo trivial. Personalmente digo que me impresionó positivamente la película, que, de hecho, merecía ser un poco más larga.

Una de las mejores cualidades de esta película es precisamente su diferenciado argumento central. Es decir, una mirada con base “científica” para intentar justificar la leyenda del hombre lobo. Lo que es visto como un mito popular, dentro de este guión es tratado como una especie de conducta humana anómala que se encuentra bajo la influencia directa de elementos externos, que terminan creando esta imagen tradicional de la criatura de extraordinaria fuerza. La división funciona mejor en el guión escrito que en la ejecución práctica, pero de cualquier manera es algo muy diferente.

En la trama, después de que una familia estadounidense es brutalmente asesinada en una región rural de Francia, un hombre es acusado formalmente del crimen porque vive en las cercanías del lugar donde ocurrió el crimen, y también porque tiene un tipo de apariencia física y comportamiento considerado “inusual” según los estándares normales. Dentro de este escenario, Kate, que es abogada, decide defender al niño porque cree en su inocencia... Sin embargo, no tiene idea de lo que se avecina. La obra alcanza proporciones inesperadas y ella se ve inserta en una conspiración que no podrá olvidar.

El equipo de Kate está realmente comprometido con la búsqueda de la verdad, pero cuanto más buscan hechos para exonerar a su cliente, más problemas terminan encontrando (y terminan arrojados a este torbellino con las peores sorpresas). Apostando por un enfoque técnico que utiliza el estilo found footage de forma completamente estilizada (y muy eficaz, por cierto), la película acaba consiguiendo crear una identidad propia centrándose en lo “diferente”. Huyendo de los tópicos más básicos (pero sin dejar de beber de esta fuente), la trama crea su propio estilo de ser.

Hay cuestiones que involucran la ciencia y las tradiciones familiares. Una opción inesperada para justificar la leyenda del hombre lobo de una forma más creíble. Cuando el rastro de sangre aumenta, la protagonista acaba entendiendo que existe una conexión entre su cliente, su misteriosa familia y los crímenes que está siendo cometido misteriosamente por la criatura (que hasta entonces es misteriosa). Así, la base de un renacimiento inesperado guía hábilmente todo el guión, aunque sufre algunos contratiempos en el camino (decisiones creativas que personalmente encontré inconsistentes con el guión).

Mezclando horror y suspenso en dosis firmes, cualquier atmósfera de investigación puede escalarse debidamente a amplitudes aún mayores a medida que el guión descubre más información. En particular, durante los dos primeros actos, que enganchan hasta el punto de hacer que el público se preocupe por todos los personajes (que, a pesar de no tener sus respectivas historias desarrolladas... juntas, terminan siendo funcionales). La forma en que la película presenta la trama crea una atmósfera de misterio que es atractiva y verdaderamente atractiva.

Aquí no hay actuaciones increíbles, pero me gustaría destacar el trabajo realizado por A. J. Cook, porque realmente vende la idea de una abogada decidida en la búsqueda de la verdad, y es aún más convincente cuando descubre la verdad y se ve inmersa en un camino aparentemente sin retorno. El guión limita su potencial como actriz, pero ella hizo lo mejor que pudo. El resto del reparto no está mal, pero sí mucho más limitado, aunque son piezas muy bien aprovechadas a medida que las investigaciones se profundizan un poco más.

Incluso con un tercer acto relativamente decepcionante (básicamente porque tiene una carga de acción que no coincide con todo lo que se había presentado y construido hasta entonces), Wer sigue siendo muy funcional por su contexto, y por apostar por algo que piensa “fuera de lo común” (las escenas de violencia física, sangre y mucho gore logran hablar por sí solas y están apoyadas en un interesante trabajo CGI). William Brent Bell realizó este trabajo de escritura (que fue parcialmente realizado por él) con dedicación y también dirigió la película sabiendo exactamente lo que quería mostrar.

Sinopse: Kate Moore é uma advogada americana que, ao decidir defender um homem peculiar por um assassinato que ela acredita que ele não cometeu, tem à sua vida colocada de ponta à cabeça depois de começar um tipo experimental de defesa jurídica para provar que o seu cliente não pode ser culpabilizado pelo crime ao qual ele vem sendo acusado.

Dentro do gênero do horror, não há dúvidas de que uma das estórias mais utilizadas e contadas pelos roteiristas é uma lenda envolvendo o mito do lobisomem. Ao longo de décadas, o cinema já entregou diferentes tipos de versões sobre essa suposta criatura quase “folclórica” aos olhos da sociedade, mas poucos filmes conseguem ser tão originais quanto este. Embora tenha os seus problemas dentro da própria narrativa, este é um produto que oferece algo além do trivial. Particularmente falando, eu digo que fiquei positivamente com o filme, que aliás, merecia até ser um pouco mais longo.

Uma das melhores qualidades deste filme é justamente o seu argumento central diferenciado. Em outras palavras, um olhar “cientificamente” fundamentado para tentar viabilizar uma justificativa para a lenda do lobisomem. O que é visto como um mito popular, dentro desse roteiro é tratado como uma espécie de condução humana anômala que sobre a influência direta de elementos externos, que acabam criando essa imagem tradicional da criatura de força descomunal. A divisão funciona melhor no roteiro escrito do que na execução prática, mas de qualquer forma, é algo bem diferente.

Na trama, depois que uma família americana é brutalmente assassinada em uma região rural da França, um homem é formalmente acusado pelo crime por viver nos arredores do local onde o crime aconteceu, e também por ter um tipo de aparência física e comportamentos considerados “incomuns” para os padrões normais. Dentro desse cenário, Kate, que é advogada, decide defender o rapaz por acreditar na sua inocência... Porém, ela não faz ideia do que vem por vir. O trabalho atinge proporções inesperadas, e ela é inserida dentro de uma conspiração que ela não conseguirá esquecer.

A equipe de Kate realmente está empenhada em buscar a verdade, mas quanto mais eles buscam fatos para inocentar o seu cliente, mais problemas eles acabam encontrando (e acabam sendo jogados para dentro desse turbilhão com as piores surpresas). Apostando em uma abordagem técnica que usa o estilo found footage de uma maneira totalmente estilizada (e muito eficiente, aliás), o filme acaba conseguindo criar à sua própria identidade por apostar no “diferente”. Fugindo dos clichês mais básicos (mas sem nunca deixar de beber dessa fonte), a trama cria o seu próprio estilo de ser.

Há questões envolvendo ciência e tradições familiares. Uma opção inesperada para justificar a lenda do lobisomem de uma maneira mais crível. Quando o rastro de sangue aumenta, a protagonista acaba entendendo que há uma ligação entre o seu cliente, sua família misteriosa e os crimes que estão sendo misteriosamente cometidos pela criatura (que até então é misteriosa). Então, a fundamentação de um renascimento inesperado guia todo o roteiro com habilidade, embora sofre com alguns reveses no caminho (decisões criativas que eu particularmente achei destoantes no roteiro).

Misturando horror e suspense em doses assertivas, todo e qualquer clima de investigação consegue ser devidamente escalado para amplitudes ainda maiores à medida em que o roteiro vai desenterrando mais informações. Em especial, durante os dois primeiros atos, que são envolventes a ponto de fazer com que o público consiga se importar com todos os personagens (que apesar de não terem suas respectivas estórias desenvolvidas... juntos, acabam sendo funcionais). O modo como o filme apresenta a própria trama cria uma atmosfera de mistério envolvente, e realmente convidativa.

Não há performances incríveis aqui, mas eu gostaria de destacar o trabalho feito pela A. J. Cook em destaque, porque ela realmente vende consegue vender a ideia de uma advogada determinada na busca pela verdade, e convence ainda mais quando descobre a verdade se vê imersa em um caminho aparentemente sem volta. O roteiro limita o potencial dela enquanto atriz, mas ela fez o melhor que ela conseguiu. O restante do elenco não é ruim, mas é bem mais limitado, embora sejam peças muito bem utilizadas à medida em que as investigações vão sendo um pouco mais aprofundadas.

Mesmo contando com um terceiro ato relativamente decepcionante (basicamente por ter uma carga de ação que não condiz com tudo o que havia sido apresentado e construído até então), Sinistro: A Maldição do Lobisomem ainda é muito funcional pelo seu contexto, e por apostar em algo que pensa “fora da caixa” (as cenas envolvendo violência física, sangue e muito gore conseguem falar por si só e são apoiadas por um trabalho de CGI interessante). William Brent Bell entregou esse trabalho de escrita (que foi parcialmente feito por ele) com afinco, e também dirigiu o filme sabendo exatamente o que ele queria mostrar.