Yo, era un tipo normal, de esos a los que nunca les pasa nada y su vida es sumamente monótona, rutinaria, carente de diversión alguna, con un empleo promedio, un auto promedio, un nivel de vida promedio, no desahogado, pero cómodo con una esposa y un niño de 8 años, en fin, una vida muy soporífera y conformista pero que no me desagradaba. El aire rutinario apenas se cortaba con alguna visita de nuestros amigos o alguna escapada al mar u otro lugar, eso era todo, rutina y más rutina pero ¡Oh! , como la extrañaba. De haber sabido que aquella repetitiva e incansable cotidianeidad era el paraíso, la hubiera valorado un poco más en vez de querellar por aquella vida en apariencia vacía pero tan deseada por muchos y ahora también, por mí.

La paz de mi hogar se quebró , de la nada , después de nuestro viaje familiar al Hotel Edén en Córdoba Argentina ¡Sabía no debíamos ir a ese sitio! , que dicen está embrujado. Yo no quería ir, nunca me gustaron ese tipo de cosas pero mi esposa insistía en ir ya que es amante de esos temas, todo cambio a partir de allí, se que fue eso aunque me digan que solo me sugestione. Un ser negativo se me pego como garrapata, poco a poco, se instaló en nuestra casa marcando presencia. No sabría bien quien o que era pero puedo describírtelo con lujo de detalles. Primero, solo sentía olor a azufre, luego un frio intenso, sensaciones de ser observado pero luego, vino lo peor, se materializó. Era como una especie de canino, esquelético, ojos inyectados en sangre, garras tan largas que desde una distancia prudente incluso , podía desgarrarme sin siquiera moverse un centímetro ; tenia una boca llena de dientes podridos que esbozaban una sonrisa de ultratumba, despedía un olor fétido, como si de un cadáver se tratase. Nadie más que yo podía verlo. Siempre allí, junto a nosotros mientras comíamos, mientras veíamos televisión, mientras íbamos al baño,mientras dormíamos, nos observaba desde un rincón , sin moverse, con sus ojos clavados en mi como si de una presa me tratase ¿Qué quería? No lo sabía en su momento con certeza. Lo único que repetía constantemente era :

-Mátalos y ven conmigo.

-¿Matarlos? ¡No puedo hacerlo!- Me decía mi esposa que emitía esas palabras entre alaridos mientras dormía e incluso, cuando estaba solo mirando algún rincón de la casa mientras un vapor helado salía de mi boca por cada respiro. Me trataban como a un esquizofrénico y más aún, cuando partí un florero antiguo en la cabeza de mi esposa porque se paró detrás de mi y me asusté. Creí que era esa cosa y actué por instinto ante el sentimiento mas primitivo del ser humano: El miedo. Gracias a Dios, solo recibió un par de puntos y no fue nada grave pero no me alcanzó la vida para pedirle perdón.

-¡Maldita pe77@! ¡El es casi mío!- Solía decir yo, con una voz gutural.

Mi familia estaba aterrada por mi comportamiento pero yo, lo estaba más ante la presencia de aquel lúgubre ser que me perseguía. Mi amada me decía que debía ir a un especialista ya que no existía tal monstruo, que solo estaba en mi mente pero yo, estaba seguro de que era tan real como ella, como yo y como mi pequeño ¡Nada de doctores! ¡Nada de exorcistas! ¡Debía exterminar a ese ser demoniaco por mi mismo! Pero ¿Cómo?

El aire era helado, los olores, mi hogar en general, todo se volvió mas intenso, más pesado desde que esa cosa que sonreía macabramente llegó. Dejaba entrever su lengua carnosa , negra como si tuviera gangrena y sus dientes putrefactos:

- Mátalos, vamos, mátalos y esto terminará.

Repetía ese cántico una y otra y otra vez mientras con sus ojos penetrantes me observaba desde las penumbras heladas del que una vez fue mi hogar.

- Se que quieres hacerlo ¡Mátalos!.

Estaba decidido a acabar con esa criatura así que, me senté en el sofá de la sala de estar mientras él, estaba en el otro extremo. Decidí enfrentarlo. Estábamos frente a frente mientras la luz del televisor apenas iluminaba el lugar. El silencio ensordeció cualquier ruido externo , solo nos mirábamos fijamente, como si estuviéramos por batirnos a duelo, él y yo, solos. Esa cosa solo sonreía y yo intensificaba mi mirada desafiante. El enfrentamiento era inevitable, estaba decidido a terminar con esto de una vez por todas. Las cruces que puse en las paredes para proteger a mi familia, se voltearon, no había duda, estaba frente al mismísimo demonio y debía proteger a los seres que amaba así que, con mi cuchilla de caza en mano, me abalancé sobre él. Opuso resistencia, dió pelea pero para mi sorpresa, era muy débil. Me fué muy fácil apuñalarlo una y otra vez hasta que dejó de moverse. Estaba eufórico, casi al borde de la locura mientras el cuchillo entraba y salía de su frágil cuerpo. Le di cuchilladas hasta apagar el último alarido que salía de su asquerosa boca. Una vez yacía muerto, sus ojos seguían abiertos , me seguían mirando , no podía soportarlo, debía arrancárselos así que sin titubear, di mis últimas dos punzadas para luego, arrancarle los ojos con mis propias manos.

-¡Ya no podrás observarme más maldito!- , gritaba con euforia creyéndome victorioso hasta que oí, el llanto de mi hijo. El estaba en un rincón, llorando de miedo mientras me observaba y yo, con una suerte de lucidez, me encontraba sobre el cuerpo inerte de su madre, de mi amada esposa y entre mis dedos, se escurrían sus viscosos globos oculares. Grité, grité de horror, grité tanto que creí que rompería mis cuerdas vocales. Con una expresión de horror, mientras me jalaba mis cabellos canos, volteo para donde estaba mi hijo pero este, había desaparecido y en su lugar se hizo presente , el canino humanoide del inframundo. Mientras las lágrimas corrían por mis mejillas y mi corazón palpitaba con brío, sentía que algo se apoderaba de mi interior inyectando mi sangre en fuego, como si me poseyera y no pudiera resistirme. El ser del infierno me decía con una voz repelente y profunda:

-Ya casi eres mío. Solo falta, la estocada final.

_{Este relato esta inspirado en mi viaje al Hotel Edén del cual, me lleve algo pegado a mi casa que durante una semana me estaba chupando la energía pero no llego a poseerme como al protagonista. La pase mal pero no le di el poder suficiente para apoderarse de mi. No le den nombres a los demonios ni les demuestren miedo porque se apoderarán de ustedes.}

English:

I was a normal guy, one of those to whom nothing ever happens and his life is extremely monotonous, routine, devoid of any fun, with an average job, an average car, an average standard of living, not comfortable, but comfortable with a wife and a child of 8 years, in short, a very soporific and conformist life but I did not dislike it. The routine air was barely broken by a visit from our friends or a trip to the sea or another place, that was all, routine and more routine, but oh, how I missed it. But oh, how I missed it. If I had known that that repetitive and tireless daily routine was paradise, I would have valued it a little more instead of complaining about that life apparently empty but so desired by many and now also by me.

The peace of my home was broken, out of nowhere, after our family trip to the Hotel Eden in Cordoba Argentina. I knew we shouldn't have gone there! I knew we shouldn't have gone to that place, which they say is haunted . I did not want to go, I never liked that kind of things but my wife insisted on going since she is a lover of those topics, everything changed from there, I know it was that even if they tell me that I was just suggestible. A negative being stuck to me like a tick, little by little, it settled in our house and made its presence known. I wouldn't know who or what it was but I can describe it in detail. First, I only felt the smell of sulfur, then an intense cold, sensations of being watched, but then, the worst came, it materialized. It was like a kind of canine, skeletal, bloodshot eyes, claws so long that even from a safe distance, it could tear me apart without even moving an inch; it had a mouth full of rotten teeth that outlined a smile from beyond the grave, it gave off a foul odor, as if it were a corpse. No one but me could see him. Always there, next to us while we ate, while we watched television, while we went to the bathroom, while we slept, he watched us from a corner, without moving, with his eyes fixed on me as if I were a prey, what did he want? I didn't know for sure at the time. The only thing he kept repeating was :

-Kill them and come with me.

-Kill them? I can't do it! My wife would say those words to me in between screams while I was sleeping and even when I was alone looking at some corner of the house while an icy vapor was coming out of my mouth with every breath I took. I was treated like a schizophrenic and even more so when I smashed an antique vase over my wife's head because it stood behind me and I got scared. I thought it was that thing and acted on instinct in the face of the most primitive human feeling: fear. Thank God, she only got a couple of stitches and it was nothing serious but I didn't have enough life to ask her for forgiveness.

-He's almost mine! I used to say in a guttural voice.

My family was terrified by my behavior, but I was more terrified by the presence of that gloomy being that was chasing me. My beloved told me that I should go to a specialist because there was no such monster, that it was only in my mind, but I was sure that it was as real as her, as me and as my little boy. No doctors! No exorcists! I had to exterminate that demonic being myself! But how?

The air was icy, the smells, my home in general, everything became more intense, heavier since that thing that smiled macabrely arrived. It showed its fleshy tongue, black as if it had gangrene and its rotten teeth:

- Kill them, come on, kill them and this will end.

He repeated that chant over and over and over again as his piercing eyes watched me from the frozen gloom of what was once my home.

- I know you want to do it. Kill them!

I was determined to finish off that creature so I sat on the couch in the living room while he was on the other end. I decided to face it. We were face to face while the light from the television barely illuminated the place. The silence deafened any external noise, we just stared at each other, as if we were about to duel, him and I, alone. That thing just smiled and I intensified my defiant look. The confrontation was inevitable, he was determined to end this once and for all. The crosses that I put on the walls to protect my family turned over, there was no doubt, I was facing the devil himself and I had to protect the beings I loved so, with my hunting knife in hand, I pounced on him. He resisted, he put up a fight but to my surprise, he was very weak. It was very easy for me to stab him again and again until he stopped moving. He was elated, almost on the verge of madness as the knife went in and out of his fragile body. I stabbed him until the last scream that came out of his disgusting mouth was extinguished. Once he was lying dead, his eyes were still open, they were still looking at me, I couldn't stand it, I had to tear them out so without hesitation, I gave my last two stabs and then ripped out his eyes with my own hands.

-You won't be able to watch me anymore, damn it!-, I shouted with euphoria, believing myself victorious until I heard my son's cry. He was in a corner, crying with fear while he watched me and I, with a kind of lucidity, found myself on the inert body of his mother, my beloved wife, and between my fingers, his slimy eyeballs were slipping. I screamed, I screamed in horror, I screamed so much that I thought I would break my vocal cords. With an expression of horror, while pulling my gray hair, I turned to where my son was but he had disappeared and in his place the humanoid canine of the underworld was present. While the tears ran down my cheeks and my heart beat furiously, I felt something take over my insides, injecting my blood into fire, as if it possessed me and I couldn't resist. The being from hell told me with a repellent and deep voice:

-Almost there, you're mine. The only thing missing is the final thrust.

This story is inspired by my trip to the Eden Hotel, from which I brought something attached to my house that for a week was sucking my energy but it did not come to possess me like the protagonist. I had a bad time but I didn't give him enough power to take over me. Do not give names to demons or show fear of them because they will take hold of you.